Dos plantas silvestres en floración con propiedades que quizás no conoces.

Algunas de las plantas más comunes atesoran propiedades y características que pasan desapercibidas, probablemente por encontrarlas esparcidas fácilmente entre nuestros paisajes.

Este inicio de la primavera es una buena oportunidad para conocerlas y disfrutarlas.

Cantueso.


La Lavandula stoechas, foto derecha, también llamada Cantueso, Tomaní o Timosa es fácil encontrarla en terrenos ácidos, secos y soleados, en el litoral y prelitoral catalán, en las baleares y en el resto del este peninsular. Se esparcen en forma de islas de forma lineal, como sus flores, de ahí la derivación de Stoichas que significa alineadas.


Pertenece a la familia de las Lamiáceas y puede confundirse con el Bargalló o la Alhucema, del mismo género. Sin embargo, en floración es muy reconocible.


 


Del Cantueso se obtienen diferentes productos. Sus flores se utilizan en la extracción de aceites esenciales destinados a suavizar la piel, aromaterapia y perfumar aguas de baño.


También se utiliza como remedio, bien como antiséptico con propiedades cicatrizantes y antibacterianas o en infusiones, como digestivo y antiespasmódico.


 


Estepa blanca.


Cistus albidus, foto izquierda, comúnmente Estepa blanca o Bordiol blanco. Es una planta de matorral típica en los bosques del mediterráneo. Adaptada a este clima se hace frecuente en zonas secas y soleadas, de vegetación muy degradada, incluso en lugares quemados, donde se suele dominar.


 


Pertenece a la familia de las Cistacias. Es una planta leñosa de abundante tomento, de aspecto blanquecino, que puede alcanzar entre los 40 y 100 cm de altura.


Tiene numerosas variedades esparcidas desde Italia hasta el sur de la Península Ibérica entre las que destaca la propia de las baleares, con menor tamaño y pétalos más pequeños.


 


Como la mayoría de las plantas de su familia, de sus ramas y hojas se extraen resinas aromáticas con propiedades balsámicas.


En algunas regiones como Marruecos sus semillas se utilizan para mezclarlas con harinas para hacer pan, gracias a su contenido en feculentos.


También es una buena opción para el ajardinamiento en zonas secas o de poco riego.

Entrearbres, Cristina Montserrat